SPACE SOFS - 6

6. TRAMPA

Mis piernas parecían moverse por inercia mientras corríamos a toda velocidad hacia la posición de Heresy. No entendía nada de lo que estaba pasando en aquella maldita nave. Si la verdadera Raynor estaba muerta, ¿con quién habían hablado en la sala de hibernación? ¿Qué estaba ocurriendo?
Los marines del Meteora encabezaban la marcha junto con Greylion. Los ingenieros y yo íbamos varios metros por detrás, obviamente menos en forma que ellos.
–¿Qué coño ha ocurrido aquí, Mens? –oí preguntar a Greylion.
–Fue una trampa –respondió Mens simplemente–. Desde el principio fue una maldita trampa.
Eso pareció bastarle al segundo al mando de la Mary Faith, porque intensificó la carrera, dejándonos atrás rápidamente. Los marines se pusieron a su altura rápidamente. Nosotros simplemente no podíamos mantener su ritmo. Los perdimos en la siguiente esquina.
Maldije mi debilidad. Volví a intentar contactar con Heresy, pero seguía sin responder al comunicador. Lo último que sabíamos de ella era que se había encontrado con el falso Raynor. Estaba en peligro. Pero lo peor de todo, es que si conseguía reducir a Heresy, tendría acceso a la nave de salvamento, y con ella, a la Mary Faith.
Fobos resoplaba de cansancio a mi lado.
–¿Pero qué es todo esto? No entiendo una mierda.
El jefe de ingenieros se puso a la cabeza de nuestro grupo alzando su arma mientras aceleraba.
–¡Pues ponte a la cola, novato!
Fobos soltó un taco.
–¿Así es siempre el primer día de trabajo? –comentó burlándose como siempre.
–No, hombre –respondió Beste–, normalmente solemos estrellar la nave para echarnos unas risas primero, ¿no te jode?
Por mucho que quisiera sentirse igual de tranquila que ellos, yo no lo conseguía. Solamente podía pensar en que Heresy estuviera bien.
Llegamos finalmente a la zona del hangar. Para mi alivio, la nave de salvamento seguía posada sobre el frío suelo metálico, en el mismo lugar donde la habíamos dejado apenas media hora antes.
Los marines ya estaban acercándose a ella en formación en cuña. Greylion se había integrado perfectamente en aquella pequeña unidad como un miembro más. Los haces de luz de las linternas acopladas a los rifles de pulsos cubrían el amplio suelo y las paredes de la nave.
Nosotros nos acercamos apresuradamente por uno de los flancos, intentando cubrir más terreno.
Avanzamos en formación lineal los cuatro juntos alzando las pistolas por delante de nosotros, con más pánico que valor.
Eder y Soul ya estaban rodeando la nave mientras Mens y Greylion se acercaban lentamente a la entrada. Parecían tenerlo todo bajo control.
Pero entonces el chasquido metálico del suelo bajo mis botas cambió de repente. Apunté el haz de la linterna hacia el suelo para apreciar una secreción rojiza que se extendía bajo las suelas. Asqueada, salté hacia un lado para no pisarla. ¡Joder! ¡Era sangre!
Beste y Fobos también se dieron cuenta y se quedaron petrificados en el sitio. Solo Rockatansky mantuvo la sangre fría y siguió avanzando con el rostro marcado por la resignación.
Con la linterna seguí el rastro de sangre, que se alejaba en dirección a la puerta de acceso de la nave, pero me vi obligada a deterneme a mitad de camino. En medio del charco de sangre algo sobresalía. Algo fino y alargado. Me incliné para observarlo mejor y de la impresión salté hacia atrás y caí al suelo asustada.
–¿Qué ocurre, Kira? –preguntó preocupado Fobos mientras me tendía su mano.
En respuesta, apunté con el haz de luz de la linterna hacia mi repulsivo descubrimiento.
El joven técnico escudriñó el charco de sangre con atención y su reacción fue similar a la mía.
–Jo… Joder…
Beste también lo vió.
–¡Mierda tíos! ¡Es un puto dedo! –dijo antes de mirar en otra dirección y vaciar el contenido de su estómago sobre la cubierta del hangar.
A varios metros por delante de nosotros, los marines decidieron entrar en la nave tras el grito de Beste. Oí la voz autoritaria de Greylion ordenándole a alguien que se detuviera.
De algún modo, logré reunir fuerzas para acercarme y unirme a un expectante Rockatansky, que permanecía frente a la puerta de acceso.
–¡Traed el botiquín! ¡Rápido! –ordenó Greylion.
Rockatansky reaccionó automáticamente y entró en la nave sin persárselo dos veces. Yo, a pesar de que estaba más acojonada que nunca, decidí seguirle. Necesitaba respuestas a toda aquella locura.
Entramos en el estrecho espacio mientras Rockatansky apartaba a empujones y sin miramientos a aquellos marines para llegar hasta Greylion. Junto a él, se encontraba Heresy sentada con la espalda pegada a la pared. Apretaba los dientes con rabia y sujetaba frente a ella una mano ensangrentada, a la cual le faltaba el meñique y el anular no presentaba tampoco buen aspecto. Estaba a punto de desprenderse también de la mano a causa de lo que parecía un corte, del que no dejaba de brotar sangre.
El jefe de ingenieros se arrodilló frente a ella y sacó gasas para presionar la zona amputada. La piloto reaccionó con un grito de dolor mientras sus ojos soltaban lágrimas.
–Tranquila Heresy, te llevaremos a la Mary Faith para que Zuzka se encargue de ti –dijo Rockatansky con tono tranquilizador.
–¡Ese maldito cabrón intentó matarme joder! –gritó en respuesta la piloto sin dejar de maldecir furiosa. ¡Voy a arrancarle todas las putas extremidades a su cuerpo muerto!
Aquello dirigió mi atención hacia la parte posterior de la nave, donde el cuerpo del falso Raynor permanecía tirado sin vida con la vista clavada en el techo.
Tardé unos instantes en darme cuenta de que algo afilado sobresalía de su globo ocular. El mango de la navaja de Heresy. El cabrón había recibido su merecido después de todo.
–Mens, ¿puedo hablar contigo y con tus hombres fuera? –preguntó Greylion al cabo de los marines.
El soldado asintió y los cuatro hombres salieron del transporte dejando a Rockatansky tratar a Heresy como mejor podía.
Me acerqué a la puerta de acceso y pude oír a mi superior.
–Creo que es hora de que me contéis qué coño está pasando aquí.

Bueno aquí tenéis el fruto de mi, últimamente tocapelotas, insomnio. No soy capaz de dormirme del todo así que como no paraba de dar vueltas en la cama y pensando en cosillas, me ha dado por añadir un capítulo más a la historia, hace meses abandonada SPACE SOFS. Los que lo seguíais puede que ya ni os acordéis de qué iba. Un resumen rápido: un puñado de currantes de una nave de salvamento se encuentran con una nave de los marines abandonada. Se encuentran con un superviviente que les cuenta una historia algo extraña y después con otros tres supervivientes que al parecer, desbaratan la historia del primer superviente. Dejaron al tipo extraño con Heresy, y ésta no responde al comunicador y tienen que ir a ver qué ha ocurrido.
¿Por qué me ha dado por escribir un capítulo de SPACE SOFS y no seguir con la de SOFS: TIEMPOS DIFÍCILES. Por la influencia Dead Space 2, supongo. De todos modos ya seguiré escribiendo la otra. O esta. O las dos. Lo que me de por hacer. Si es que desde que tengo vacaciones tengo un horario muy raro. En fin, escribo esto casi para mí, pero si a alguien le mola, pues genial jajajaja.

PD: Ya ves Mes, al final seguí tu consejo de seguir esta historia. Es culpa tuya así que ¡comenta mamón! XD

MUUUAAAAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAAA.....

Pos nada, las pastillas de café que te meto en el café estan dando resultados...

Joer Charly, ya casi ni me acordaba del relato. lo voy a tener que releer desde el principio xD.
El capítulo está muy bien, como cuando empezaste a escribirlo vuelvo a preguntarme que cojones esta pasando allí, y eso es bueno, muy bueno.
Solo le he encontrado un diminuto fallo, así de pequeñito:
"Con la linterna seguí el rastro de sangre, que se alejaba en dirección a la puerta de acceso de la nave, pero me vi obligado a deterneme a mitad de camino." ->¡Transexuaaaaaaal!!!!